¡Hola, hola! Soy Andrea, diseñadora especializada en branding y diseño web y hoy le he tomado prestado el blog a Janire para hablarte de algo que, estoy segura, te interesa: por qué debes trabajar tu branding siendo maquilladora.
Para mí es un gustazo escribirte desde aquí, desde el blog de Janire, de quién tuve la maravillosa suerte de dar forma a su identidad para que reflejara tooooodo su potencial. ¿Empezamos?
Empezaré soltando una bomba: el diseño puede aportar grandes cosas a tu negocio. Porque sí, no olvides que ser maquilladora es tener un negocio, y como tal, necesitas trabajar tu marca en el sentido más amplio de la palabra.
Para que tu negocio funcione, no solo necesitas dominar el ahumado y conseguir que el delineado te quede igual en ambos ojos -tarea imposible para el resto de mortales, por cierto-. Además, necesitas dar valor añadido a tu marca, dotarla de personalidad y conseguir que transmita todo tu potencial para que de verdad enamore a tus clientes y se queden contigo.
Seamos sinceras: ¿a cuántas maquilladoras conoces? Probablemente la respuesta sea: “a muchas, muchísimas”. Bien; de todas ellas, ¿de cuáles sabrías identificar un trabajo suyo, bien sea por el estilo de la fotografía o por el modo de maquillar? Aquí, se reduce el número de personas, ¿verdad?. A esto le llamamos identidad.
Hoy en día, ser igual que el resto no es un lujo que te puedas permitir. La diferenciación, autenticidad y originalidad tienen un valor incalculable. Por eso, no solo vale con ser la mejor maquillando, también tienes que saber transmitirlo y, para ello, trabajar tu identidad corporativa puede marcar un antes y un después en tu negocio.
En la era digital, tu marca es tu escaparate: bien sea lo que transmites en redes sociales, la interacción con tus clientes, la experiencia de tus servicios… Y es fundamental que esté bien definida y diseñada.
¿Irías a cenar a un restaurante que transmita una sensación de dejadez, aunque te dijeran que los platos, pese a estar un poquito sucios, están deliciosos? Posiblemente no.
Ahora, lleva este ejemplo a tu propio sector: ¿contratarías a una maquilladora que no tiene una identidad definida, que su imagen de marca es poco profesional o que, directamente, va mal maquillada? Pues eso.
La gente no compra lo que vendes, compra lo que le haces sentir y por ello te desean y te quieren a ti, y no a tu vecina del quinto que “más o menos, se apaña con un ahumado”. Si eres muy buena pero no me lo transmites, si tu marca no me lo transmite, pasaré de largo e iré a buscar a otra maquilladora que sí me genere esa confianza y profesionalidad. Al final, atraemos al tipo de clienta que nuestra imagen refleja.
Invertir en tu marca es fundamental para hacerla sostenible y duradera en el tiempo. Y el branding es un buen punto por el que empezar. Al final, tu marca es como una planta y debes hacerla crecer, pero si no la riegas y le aportas los nutrientes que necesita, terminará muriendo o malviviendo.
Debes estar pensando: vale, sí, lo entiendo. Pero… ¿en qué consiste el branding?
Te lo podría resumir diciendo que branding es todo lo que envuelve a tu marca: desde cómo habla y qué dice a cómo lo expresa y qué usa para hacerlo: tipografías, colores, formas, estilo de imágenes…
Por lo que no. Un logotipo no es un branding, sino una parte de él, igual que tu web, redes sociales o dossieres corporativos. Trabajar la identidad visual de tu marca va muchísimo más allá, y tener un logotipo sin tener claras las bases de tu identidad puede ser un error que perjudique a tu negocio.
Porque, si no sabes qué quieres transmitir con tu marca, a quién te quieres dirigir y con qué objetivo, ¿cómo vas a tener un logotipo que exprese todo esto? Es imposible.
Podrás tener un logotipo bonito, que más o menos cuadre con lo que haces, pero que tarde o temprano se quedará corto porque en el fondo no estará reflejando tu esencia y la verdadera razón de tu marca. Y precisamente eso es lo que te hace única y especial y es donde está la magia para que me enamore de tu negocio y no del de tu vecina.
Un logotipo no es simplemente elegir un color y tipografías bonitas sino que debe explicar tu marca y ser tu carta de presentación. No vale con que sea estético, si no es funcional y estratégico.
Además, ¿qué pasa con el resto de elementos que engloban tu marca? Si sólo tienes un logotipo, ¿en qué vas a basar los dossieres de servicios?, ¿o la experiencia y el material que entregas en tus talleres?
Con el branding conseguirás la coherencia necesaria para que la experiencia con tu marca sea 360. Tu objetivo es hacer que tus clientas vivan tu marca al completo y no se queden solo con una parte. Recuerda: el objetivo es enamorarlas. No se trata de ti, sino de lo que transmites y la gente percibe de tu negocio.
Estoy segura de que tu marca tiene una gran historia que merece ser contada y vivida a través del diseño. No te la guardes para ti y dale caña a través de la construcción de un branding sólido para que todo el mundo pueda disfrutarla.
Si te han quedado dudas por resolver, puedes encontrarme en @andreampros.design y bichear todo mi perfil buscando tips, o bien escribirme.
Un comentario
Nuria Bellver
Qué razón tiene Andrea, para mi la imagen que transmite el negocio es muy importante, me transmite confianza y veo la dedicación y la importancia que le dan a transmitir el mensaje al posible cliente.
Por cierto, ha quedado preciosa tu imagen, muy tú!